A Elena
Son para ti las flores que no traigo
y la mirada esquiva que no quiere
encontrarse la tuya frente a frente.
Son para ti los besos que no puedo
ofrecerte y que duermen en mis labios.
Son tuyos los adioses a ese yo
adolescente, ahogado; tuyas mis
ideas prohibidas, mis anhelos
hechos desilusión, mi parte oscura.
Es para ti esa parte de los versos
que no alcanza a expresarse en las palabras.
En suma, es para ti esa parte mía
que no me pertenece y nadie puede
siquiera sospechar que existe en mí.
Pepe Viyuela.
No puedo evitar reirme al pensar que, cuando uno se enamora, parece retroceder en la línea del tiempo y convertirse de nuevo en un adolescente.
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