Agradecida y emocionada


Cuando el año se acaba, parece ser una tradición hacer el balance del año. No me gusta mirar atrás, en especial en esta etapa de mi vida. Pero estoy dispuesta a hacerlo. Los valientes somos así :D

En primer lugar, quiero dar las gracias a mi padre.

"Gracias papá por enseñarme tanto durante este año. Aprender a aceptar tus decisiones no está siendo fácil. Pero a su vez, me ha servido para verte de otra forma, como hombre y marido. Te agradezco que me hayas enseñado lo doloroso que puede llegar a ser un divorcio y cómo afecta a los seres queridos. Ahora empatizo más con las personas que han pasado por esta situación, la cual, se ha convertido en algo cotidiano en nuestra sociedad y tendemos a frivolizar.

Una vez más, gracias, por ayudarme a poner nombre a emociones jamás sentidas; por empujarme al camino del auto conocimiento; porque ahora soy un poco más valiente y fuerte; me he sentido más querida y valorada; porque durante esta etapa, he escuchado más "te quieros" que nunca de la boca de mi madre que el resto de mi vida.

Ahora los hermanos estamos más unidos. Buscamos entendimiento y repartirnos las tensiones. Por primera vez, mi hermana y yo encontramos un nexo de unión. Compartimos la misma energía y una actitud similar ante la vida en determinados aspectos. Mi hermano mayor ha sido un apoyo fundamental e inesperado. La templanza que ha demostrado ha sido acojonante. Y mi otro hermano, a pesar de la distancia, un apoyo emocional indispensable para mí y para mi madre. 

Son varias las ocasiones en las que se me viene a la cabeza el mismo pensamiento: "Padre, ¿por qué me has abandonado?" Así pues, seguiré en la búsqueda del perdón por haber roto parte de nuestras almas y nuestros corazones. El amor que te tengo es el camino."

Otras personas se han cruzado en mi camino a lo largo de este año. Justo cuando la herida empezaba a sangrar apareció "S". al que no le importaron mis circunstancias y me hizo retomar en parte las ganas de empezar a tocar las primeras notas de la guitarra que tantos años llevaba en el trastero, además de risas y alguna escapada fueron el respiro que necesitaba.

Cómo no mencionar a mis amig@s. Esas personitas que componen una de las porciones del gran queso que es la vida. Me han hecho reír y permitido llorar con una paciencia y comprensión admirables. ¡Qué afortunada soy, de verdad! Amistades que conservo desde hace años y otras que se han ido incorporando en mi camino y lucharé para que continúen a mi lado en lo bueno y en lo malo. Porque la vida es mejor con ell@s.

Felicidad es también dejar marchar. Cuando una persona cambia su actitud hacia ti, no significa que tú seas el responsable de ello. En realidad, nadie puede llevar una máscara eternamente puesta y se descubren sus verdaderas intenciones. "Te dediqué mucho tiempo "A", vi cómo dejaste de lado a tu mejor amigo en el peor momento de su vida y seguí ahí, esperando a que te dieras cuenta de tan inexcusable error. Con el tiempo, nos abandonaste a tod@s, a tu gente... por una recién llegada. Los amigos son un tesoro, no un pasatiempo con el que llenar huecos. Sentí mucha rabia por tu indiferencia pero como dice Luz Casal.... te dejé marchar. Así que, gracias. Perdonar no es fácil pero deja mucha paz cuando lo consigues. Suerte y que te dure toda la vida, no se te vaya a ocurrir volver".


Así transcurrió un año cargado de tempestades, superación, metamorfosis y logros. Estoy cerrando esta etapa con mucha fuerza. Pero ahora me toca mirar por mí. Aprender a pedir ayuda o refugio es algo que me sigue costando y todo el mundo necesita. No me he planteado nuevos propósitos para el año nuevo. Van surgiendo continuamente sobre la marcha. Eso sí, deseo menos lecciones de vida y más vida. 




Proyecta, ama, déjate amar, perdona, perdónate, agradece, siente, sueña, expresa, deja ir, fluye, escucha, canta, baila, cierra los ojos, respira, despierta tus sentidos, descansa, flota, vuela... sonríe.

Palabras de... M.