Parece que la tormenta pasó y ahora, las aguas vuelven poco a poco a su cauce.
Tras este asfixiante calor, en el corazón del verano, los días se hacen más largos.
El tiempo se para ante mi para cuestionarme nuevos retos e ilusiones.
El tiempo se para ante mi para cuestionarme nuevos retos e ilusiones.
Es cierto que, dos décimas pueden suponer un cambio "definitivo" en mi vida profesional. Pero no voy a quedarme ahí; no voy a estancarme en una subjetiva oposición.
Ya he secado las lágrimas de mis ojos y recuperado mi sonrisa. Ahora me río de mi y mi circunstancia.
Nunca tiraré la toalla.
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