The moon and me

-" Recuerdo estar ingresada esperando dar a luz, cuando miré por la ventana y vi una enorme luna llena"- dijo mi madre mientras rememoraba la noche que vine al mundo.
También solía reprocharme cuando me enfadaba: -"¡Es que te pones como las lobas!"-.
Me encanta que me cuente estas cosas. Mi abuela, de la que sólo tengo dos imágenes guardadas ya que murió cuando tenía dos años, me cogía en brazos y mirándome me dedicaba unas palabras: -¡Mírala! Si es que no tiene ni un defecto!-
La echo mucho de menos aunque a penas nos conocimos.
Nadie me conoce mejor que mi madre. Aunque a veces consigo engañarla, conoce el modo en que respiro y la mecánica de mi corazón a la perfección.
Es cierto que la Luna influye sobre muchas cosas: las mareas, el crecimiento del pelo y las uñas y sobre mi. Será mera casualidad que yo haya nacido en Luna llena y que las últimas veces que me he enfadado mucho pero mucho también hubiese Luna llena.
Este finde hemos tenido un cielo cargado de estrellas y una Luna preciosa. Especialmente, anoche hubo una enorme Luna naranja. Dicen que ayer se acercó más que nunca a la Tierra. Te quedabas embobado mirándola. No pasaba inadvertida. Y por consiguiente, el finde ha sido movidito.

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