Incredible India!

Dos semanas de ruta por la zona del Rajasthan dan para mucho. India es muy intensa, llena de contrastes. He aprendido mucho sobre su cultura, religiones, forma de vida ... Un país del tamaño de un continente con mucha historia y sufrimiento a cuestas basado en la superstición, camuflada por una gran variedad de creencias y dogmas de fe. Quieren salir al mundo, quieren evolucionar pero les va a resultar muy complicado. Una vez más me reitero en que las religiones, por muy bonitas que las pinten, siembran el miedo y por tanto, paralizan. Siempre interesa una sociedad manipulable.

Tantas veces he realizado el "Namasté" en yoga que tuve que viajar a Hudeel para entender su verdadero significado. Una reverencia, una bienvenida, ponerse a tu disposición percibiendo verdaderamente que así lo sienten. Es una pasada ver como todo el mundo lo hace al cruzarse contigo por la calle y sientes mucha gratitud por ello. 
                   


 

Horas y horas de trayecto en furgoneta de una ciudad a otra dan para mucho. Ver la India profunda, una forma de vida austera y conformista, sin más pretensión que llevarse algo de comida a la boca y sentarse a hablar, rezar, siempre hombres por un lado y mujeres por otro. Personas durmiendo (espero) en la cuneta, casas de adobe y paja, camellos en el desierto, una ciudad azul, otra rosa y una tercera dorada, gente analfabeta hablando cuatro idiomas, compañerismo, basura y más basura ... Mil preguntas contestadas y yo cada vez con más ganas de aprender... Cientos de kilómetros observando, preparando preguntas y buscando respuestas. Un camino también de autoconocimiento y reflexión... se me caían las lágrimas al averiguar por qué estaba allí, lo que tanto ansiaba encontrar. Respirando el hedor de la miseria, caminando entre la suciedad, tropezándome con la pobreza, no quería volver a casa. Quedé marcada por un país que regala sonrisas y miradas penetrantes por doquier. ¡Cuánta belleza!



Jaipur


Cada uno de nosotros encontramos nuestros propios límites y los superamos. El calor nos puso a prueba, la comida, las horas de sueño a cuestas, aquellos terribles aseos en las áreas de descanso, el incesante pitido de los coches y una fiebre altísima que me dejó dos días noqueada. 

Finalmente, regresamos a casa y eso fue lo más duro... volver.

Jodphur







"My life, my message". Gandhi



La maravilla: Taj Mahal

Templo de Loto. Nueva Delhi  

 Incredible India! Marca de por vida...

Palabras de... una princesa*