El poder de una sonrisa

Nunca me ha gustado el día de mi cumpleaños. El 25 de agosto siempre ha resultado una mala fecha para celebrarlo, bien porque el mundo entero está de vacaciones, bien porque no es el momento...
Pues bien, aquí me tenéis a falta de un minuto para que culmine uno de los días más hermosos y emotivos de mi vida. Ahora que todo el mundo se ha marchado, me encuentro sola en casa derritiéndome como los hielos del copazo de Barceló con coca que me he preparado, escuchando la BSO de Guerra de Tronos ¿Se puede pedir más?
Agradezco y valoro todas las muestras de cariño y el esfuerzo de los que realmente han estado hoy conmigo de una u otra forma.
"Éste es el comienzo de mi nueva vida" ... dicen mis amigas y realmente hoy, me he dado cuenta de a quién le importo realmente; de lo mucho que me aprecian y lo importante que es para mí sentirme así de plena.
"Comenzar una nueva vida" son palabras duras pero llenas de esperanza, de abrigo, de oportunidad.
Solo puedo dar las gracias por todo y por todos los que me queréis y soportáis esta fase tan sensible de mi vida. Gracias a la soledad, puedo vivir este momento único para mí de desahogo, de consuelo, de calma... de reencuentro conmigo misma.
Me siento Kalessi. Me siento especial.
He aquí un hermoso regalo que comparto porque no todos los regalos deben ser materiales.
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Cuesta creer que alguien no quiera oir tu voz. Duele la indeferencia y que no te consideren un refugio donde las penas se desvanezcan. Ahoga intentar pegar los pedacitos de un corazón roto... querer y no poder, genera impotencia y con ello, agotamiento.
Y aquí estoy yo, constatando lo que ya sabía, que tengo la mejor familia arropándome y queriéndome más que nunca. Y es que soy así, necesito de mi gente tanto como ellos a mí.
Temblando miro hacia delante, aunque no más allá de este momento. No puedo permitirme el lujo de pensar en un futuro. Tropezaré una y mil veces pero volveré a levantarme e intentar creer que si estoy en este mundo es por alguna razón y si existo yo, en algún rincón del planeta habrá alguien que se emocione al ver una luciérnaga o aprecie la luz de las estrellas tal y como yo siento. Una percepción del mundo distinta, inusual, sensible, abierta. Me siento completamente diferente a todo lo que conozco. Quizás sea algo raro pero grande.
Así pues, sigo sufriendo los dolores de la metamorfosis sin preguntarme por qué es necesaria pero inminente. Procurando no agotar el aire que respiro mientras lo administro en pequeñas dosis por si las moscas se agota. Pensando en mí, decidir por mí, quererme y respetarme, aportándome pequeñas dosis de paz y trantando de sentir que sí, que estoy viva.

Palabras de... una princesa.