Este sábado acudí a una friki-fiesta de cumpleaños de lo más singular. La cumpleañera es una auténtica devota de Star Wars así que, la preparamos una fiesta sorpresa con catering, karaoke, tarta y regalos galácticos. Todos la recibimos con nuestras curradísimas caretas de los protagonistas. A mi me tocó R2 (El que quería).
Como ella trabaja en la TV, había un montón de gente vinculada a este medio. Desde luego que, algunos parecían venir de otra galaxia con esos aires de grandeza, esa cabeza bien alta y con un pequeño toque de " te veo, pero te ignoro". Lo peor fue cuando comenzó el karaoke. Toda una exhibición de divas intentando hacer gorgoritos con su garganta, haciendo alarde de sus dotes profesionales y recordándonos al resto de la plantilla quienes son y a qué se dedican.
En realidad, sólo mostraron la superficialidad de un mundo irreal. La falta de autoestima y la necesidad de cariño que tienen esas personas se intuye en su comportamiento.
Creo que, cuando una persona tiene la necesidad de recordar a los demás sus virtudes es porque, en realidad, no se siente valorada o no cree en sí misma.
Sin embargo, la protagonista del evento no tiene nada que ver con los que habitan en esta burbuja. Ella tiene luz propia;  es una de las personas más cultas e inteligentes que conozco;  una bellísima persona; madura y con la cabeza bien amueblada; una enamorada de la vida.
Pero tengo que reconocer que tengo algo en común con toda esa gente y es que la queremos. Debajo de todo ese "aparentar ser quien no soy" debe haber un enorme corazón en cada uno porque se desvivieron por crear una fiesta muy emotiva. Eso les honra.
Palabras de... una princesa.

Reencuentros mágicos

Buenos días (por decir algo porque hace un día de perros),
lo que voy a contar trata de una pequeña sorpresa que llegó a mi de forma inesperada. Empezaré por el final, como no podía ser de otra forma ;).
Hace aproximadamente dos meses, recibí un mensaje de una persona a través de facebook. Se trataba de una amiga de la infancia. Esta chica, entonces niña, estuvo por poco tiempo viviendo en España. Después, se marchó nuevamente a su país, Argentina.
Tan sólo tengo tres recuerdos de ella: uno, recuerdo su rostro al mirarlo en una foto; dos, recuerdos los deliciosos ñoquis que preparaba su madre de forma artesanal y tres, recuerdo a su padre viendo un partido donde jugaba la selección argentina sentado en el sofá de su casa. ¿que recuerdos mas extraños, verdad?
Nos escribimos pocas cartas varios años después de que se fuera.  En ese mensaje del facebook me explicaba que había estado búscandome desde entonces sin ningún resultado. Se acordaba de mis padres y de mi hermano Rafa.
Nos hicimos amigas a través de la red y empezamos a chatear. ¡Qué emocionante! Me dijo tantas cosas buenas sobre mi... Dijo que fui muy importante para ella en esa época de su vida; que compartí todos mis juguetes con ella y que nunca la dejé sóla. Recordaba que era una gran persona, generosa y abierta.


Era como si no hubiese pasado el tiempo. Y entonces, como soy una romántica de la vida y amante de los recuerdos, se encendió una bombillita encima de mi cabeza y dije -¡ESPERA!-. Fuí corriendo a mi habitación. Abrí el cajón de mi mesita de noche y ahí estaba... una carta de Carolina.
Cuando le dije que guardaba una de sus cartas ¿cuál fue su reacción? Se fue corriendo a rebuscar entre sus cosas y... ahí estaba una de mis cartas. ¡Alucinante! Después de unos veinte años, ambas guardábamos una carta que nos habíamos enviado cuando éramos pequeñas.
Y es que, aún después de tres mudanzas, todavía guardo muchas cartas de amigos que me escribieron en la adolescencia e incluso, un diario escrito cuando tenía 8 años.
Que más puedor decir... Gracias por hacer que me sienta tan especial.

Palabras de... una princesa

Vacaciones heroccas

Paseando por la Ramblas de Barcelona, me adentré en una de las misteriosas calles del Barrio Gótico. Me impresionaron sus múltiples tiendecitas llenas de cosas creativas y originales que normalmente sólo encuentro en Internet o en el Mercado de Fuencarral.
Tras un largo paseo en el que parecía que estaba viendo un partido de tenis más que las curiosidades de la zona de tanto girar la cabeza hacia un lado y a otro, encontré la mejor tienda de todas. Vendían láminas de todo tipo (menos mi ansiado cuadro de Liechtenstein "El beso"). Así pues, compré una que tenía en mente desde hace tiempo: Mazinguer z arrasando la Gran Vía y dos de los grandes personajes de comic.
      Miniprint - Hulk Comic

Cuando me dispuse a pagar, el vendedor resultó ser un experto en lo que al arte se refiere pero, especialmente, le encantaban los superhéroes. Yo los he seguido más en vídeo que en comic pero, para el caso, es lo mismo. Nos habló de un artista que dotaba a los superhéroes de un realismo cuanto menos impactante. Dejan de ser entes sobrenaturales para convertirse en seres de carne y hueso. Sus obras realmente impresionan. Se llama Alex Ross. Y éste fue el cuadro que nos mostró.

¿Cómo te has quedado? Por lo visto, es el mejor del mundo en este  menester.

Palabras de... una princesa.

Con los pies descalzos

"Quiero despertar un día sin lágrimas.
He de encontrar refugio bajo un árbol sin ramas.
Yo de aquí me iré, escaparé de las palabras.

Y es que, todo es azul si estás tú.
Basta ya! No intentes robar  mi luz.

Almas que se  han entrelazado
magnificando los latidos de mi corazón.
¡Estoy perdiendo la razón!

Me siento incapaz de respirar.
Deseo quedarme aquí contigo
buscando la casualidad que unió nuestro destino."
 

Palabras de... una princesa.

La imaginación mueve el mundo

Qué fácil sería vivir una realidad inventada dónde el agua fuese azul turquesa, dónde las idas y venidas del porvenir se desvanecieran con la simple ingesta de una píldora de la felicidad.
Bastaría con tomar una de esas pastillas milagrosas con sabor a caramelo para dibujar nubes rosas en el cielo gris y saltar varios metros por encima del cielo. Con tan sólo una de esas delicias podría observar el mundo a través de tus ojos y comprender mejor los suspiros que no expresan nada. Si con saborear su dulce sabor pudiera... crear un mundo tan mágico como real, tan afín a mi... inventaría un espacio lleno de colores oscuros y claros, olores que evocaran mis recuerdos más hermosos y, sabores ácidos que me hiciesen susceptible a cualquier sensación, para que nada me pase inadvertido.
En este mundo irreal, tan irreal como la vida misma, el equilibrio es imposible. Pero como diría mi querido Segismundo: "¿Qués es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son".

Palabras de... una princesa.