lo que sucedión en el parque de atrás

Hoy es domingo y hace un día maravilloso. Ha salido el sol después de diez horas de nocturnidad. Me he despertado mientras me hacían cosquillitas en la espalda así que, el día va sobre ruedas.
Ayer mi hermano me contó que se encontró por casualidad con una amiga de la infancia. Compartimos muchas cosas pero de lo que más me acuerdo es de la cantidad de juegos que nos inventábamos los cuatro: ella y su hermana Olivia y, mi hermano y yo.

Jugábamos a "luz de luna". Tratábamos de imitar a los personajes de esa serie emitida en la década de los 80 haciendo no sé qué (creo que actuaba Bruce Willis). También creíamos ser presentadores del telediario :) e inventábamos pruebas como en el 123.

Eva, la hermana mayor, me enseñó a montar en bici (sin ruedas traseras, por supuesto) en el legendario "parque de atrás". "El parque de atrás" es o era un parque situado detrás de mi casa donde daba la terraza. Podía salir a jugar sin la presencia de mi madre (algo impensable hoy en día) hasta que ella abría una de las ventanas para pegarme un bocinazo. Éste no era más que la llamada para tomar la merienda.
En fin, me encantaba que jugáramos al escondite en las noches de verano con el resto de los vecinos del bloque (menos el día que me rompí un hueso del pie y mi primo se hizo la brecha en la cabeza); las guerras con los globos de agua; el conejito de la suerte, ete, ete, ete; love (que es como el tulipán pero te salvaban con un beso EN LA CARA); hacíamos el superman tirándonos del enorme tobogán; aquel rincón secreto entre dos setos que tapábamos con hilos (absurdo, lo sé); mi amiga Elena "zapatones" a la que dejé de hablar porque me dió plantón un día; el rincón más bonito del "parque de atrás": un banco situado bajo un enorme sauce llorón, el árbol que más me gusta; mi amiga Caro de Argentina que me estuvo buscando durante años hasta que abrí una cuenta en facebook y nos volvimos a encontrar...