Resignación... es lo que toca

Hay veces en la vida en las que uno no sabe hacia donde mirar. Parece que todo el mundo va a su bola o se enfada sin razón inventando excusas inútiles. Es entonces cuando se me viene a la mente una de esas de escenas de Chicho Terremoto con la boca abierta y varias gotas deslizándose por la frente jaja.
Creo que lo mejor es dejar de hacerse preguntas sin respuestas: ¿Por qué no contestas al sms que te mandé hace una semana?; ¿Por qué llevamos dos años sin vernos?; ¿Por qué te enfadas si eres tú la que no coges el teléfono?
Desde luego tener un hijo hoy en día justifica las respuestas a estas preguntas. Tal vez no lo comprenda porque no soy madre. Pero si algún día lo soy, cambiaré estos hechos.
Mientras tanto, aquí estaré con los brazos abiertos.

Palabras de... una princesa.

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