La dama de hierro

Me sorprendió ver al gigante. Me conmovió como su fría apariencia se desvanecía a medida que me adentraba en su interior.
Ví que estaba a diez metros del cielo y sentí vértigo; Pensé en alzar la mano para robar una estrella pero ... renuncié a esta idea por inverosímil que parezca.
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Es un gigante de hojalata que sucumbe ante una ciudad llena de historia, de románticas escaleras ... Una ciudad con un olor muy particular, que parece envolverte y arrastrarte a cada uno de sus rincones en los que, se respira un ambiente pintado de color hipocresía.
La dama de hierro permanecerá allí, por los siglos de los siglos, para contemplar la belleza de esta ciudad, mientras ella se oscurece con el paso de los años.
Uf! me aplastó ver al gigante.
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Renglones torcidos de ... una princesa.

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