Cuando te tiemblan las piernas...

Bueno... este post no es menos personal que los anteriores, pero sí más directo.
Se me había olvidado que era sentir el miedo escénico!!
Por segunda vez, me enfrento a uno de esos cursos de improvisación, creatividad y autocontrol. Dones que uno ha de exponer frente al resto de los compañeros.
No se puede sudar más en un minuto. Un minuto eterno. Tampoco se pueden decir más tonterías en tan poco tiempo.
Ante esta opinión, habrá gente que me anime diciendo...
- Todos estáis en las mismas condiciones.
A lo que yo respondo...
- Y una mierda! Porque yo les he visto con una soltura, un palabrerío y una presencia en escena que pa que'.
Cuando te quedas sin palabras y aún te sobran 20 segundos... cuando estás bloqueado y no puedes pensar...cuando la garganta se seca... miras a tu alrededor buscando una salida y, lo único que te encuentras es la mirada de tus quince compañeros.
¿qué se puede hacer entonces?
Pues yo sólo puedo reirme al pensar "Si yo sólo quería aprender a hacer marionetas y técnicas para contar cuentos".

(Y mientras, los demás fliplando claro).

Veremos a ver el númerito que monto cuando me graben en vídeo contando un cuento. Casi na'!

Una vuelta por el mundo

En un mundo de fantasía donde los tranvías visten de rojo y las marionetas acuden ociosas a un teatro negro, existe una princesa escondida en la torre de una vieja iglesia.
"La princesa no ríe, la princesa no siente.
La princesa persigue por el cielo de Oriente,
la libélula vaga de una vaga ilusión."

Tiene un montón de muñecas clonadas de diversos colores y tamaños. Se alimenta de chocolate y lava su cabello dorado con esencia de cerveza.
Pero..."¿qué tendrá la princesa de la boca de fresa?"
Su mundo está lleno de magia. Es protagonista de un cuento de hadas.
Todas las horas en punto se asoma por el balcón, para confesarle al gallo su único anhelo: tener un corazón. Pues el estar hecha de madera no le evoca ninguna emoción.
"La princesa está triste. ¿Qué tendrá la princesa?"
El gallo, cantando, le muestra su compasión. En un mundo mágico, las fantasías mentiras son.
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Palabras de... una princesa

La cólera es prima hermana de la locura

Y mientras tanto... voy caminando despacio con los ojos abiertos como platos.
Y de repente... me encuentro, una vez más, sola entre cientos de personas que se avalanchan contra mi e irrumpen mi mundo ideal con un:
- Perdona.
- ¡Ay! no te había visto.
...
Pasando desapercibida por la gran muchedumbre que cargaba el ambiente de agobio e impaciencia, allí estaba ella... oculta entre las tinieblas; enajenada por no poder escapar de la dimensión que la encarcela; enfurecida y rabiosa.
Transmitiéndome su desesperación; su agonía. Postrada ante mí y ante el mundo entero... tan dominante y sumisa a la vez que, la compasión me hizo esbozar una sonrisa para apiadarme de su locura.
Ella es, sin duda, una obra maestra.
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"Saturno devorando a sus hijos" (Francisco José de Goya y Lucientes, 1821). El Prado - Madrid.
Palabras de ... una princesa.

Una de cal y otra de arena

Es sorprendente el modo en el que las cosas cambian de color. Lo que antes era negro, ahora se vuelve rojo. Todo depende del espíritu con que se perciban, del pulmón con que se respire :)
Dicen (y si no, lo digo yo) que, las personas tenemos una luz que nos define; un color que nos singulariza. Nos hace esenciales, especiales. Si me parara a pensarlo, podría definir a cada una de las personas (que quiero y conozco) con un color.
(Bien sabrás tú, que me lees y sabes quién soy, que tu color es el azul ;)).
Y, sin embargo... ¿cuál es el color auténtico? ¿Cuándo las personas muestran su verdadero color? Es fácil confundirse. La gente cambia, sobre todo cuando no consiguen de ti lo que quieren. Es entonces, cuando todo lo que a ti se refiere no importa. Ahora formas parte de su historia.
Afortunadamente, mi color va cogiendo fuerza. Y me siento expectante por descubrir los nuevos colores que plasmarán este nuevo capítulo de mi vida.
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Palabras de ... una princesa.

Conclusiones filosóficas

Voy a meter en mi mochila un puñado de sonrisas, 3 kilos de valentía y un cofre lleno de ilusiones.
Viajaré en mi nube deslizándome por los arcoiris que yo misma dibujaré;
Lucharé contra las tormentas con mi tenedor mágico y miraré en todos los espejos para no olvidarme de quien soy.
Porque este es mi cuento y, en él, todo es posible.

Palabras de ... una princesa.
un espejo