Relato de una mujer...muerta


Divagando sigilosamente por ese callejón, me contuve a pensar ¿cuál era el sentimiento que me invadía?
Nunca había tenido un aspecto tan cercano a la desesperación. Es como el hielo que quema; como el agua que ahoga.
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Sola, rezagada y compungida por las emociones que paralizaban el movimiento de mis piernas, alcé la vista al frente. Y, una vez más, pensé: aquel muro de piedra se levanta ante mi. No me permite divisar el final del camino. Tal vez sea ese muro o tal vez sea esta desesperación que me bloquea y, me hace sentir que estoy muerta. Incapaz de...
Palabras de...una princesa.

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